Según los datos consolidados de la contabilidad nacional, elaborados por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, las comunidades autónomas gastaron en 2011 más de 86.000 millones de euros en concepto de gastos de funcionamiento, lo que supone aproximadamente un 8% del PIB. Esto significa que casi la décima parte del valor de todos los bienes y servicios producidos en España en 2011 fueron destinados a mantener el sistema autonómico.
En los gastos corrientes se incluyen las nóminas del personal al servicio de las comunidades autónomas, los gastos necesarios para el funcionamiento de sus distintos servicios tales como mantenimiento de edificios, alquileres, electricidad, teléfono y otros suministros, y finalmente los gastos financieros para atender los intereses de la deuda que todas ellas acumulan.
Los gastos de personal sumaron más de 53.000 millones de euros y el resto de costes necesarios para mantener la burocracia autonómica otros 33.000 millones de euros más. En total, añadiendo las partidas de subvenciones, inversiones, obras y servicios, las comunidades autónomas gastaron 162.684 millones de euros según los datos consolidados del ejercicio 2011.
Sin embargo esta no es la totalidad de lo que nos cuesta mantener el sistema autonómico, puesto que en los datos recogidos por el Ministerio de Hacienda no figuran los estados contables o de explotación de los miles de entes, empresas públicas y demás organismos dependientes de las comunidades autónomas, cuyo nivel de gasto sigue siendo a estas alturas desconocido hasta por los propios técnicos del Ministerio.
Libertad Digital
Es de una irresponsabilidad pasmosa mantener el estado de las autonomías. Hay que volver, sin pérdida de tiempo, al estado centralizado que se abandonó, con la llegada de esta democracia imperfecta. Pero, ¡a ver quién se atreve a ello! Porque, a muchos necios, esa vuelta les recordará la época franquista.
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