¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos, ¿queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas?"
¡Si, queremos! Contestaron con rabia todos y cada uno de aquellos soldados hambrientos, harapientos y ateridos de frío.
Francisco Arias de Bobadilla
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