martes, 4 de enero de 2011

La masonería.

Al extenderse así la masonería por las distintas naciones tropieza con un pueblo enquistado en la sociedad que vive, que ve en la secta un campo ideal para las maquinaciones a que un complejo secular de inferioridad y de rencor desde la dispersión le viene arrastrando: son los judíos del mundo, el ejército de especuladores acostumbrados a quebrantar o bordear la ley, que se acoge a la secta para considerarse poderosos. Judaísmo, ateísmo y disidencia católica nutren desde entonces las logias continentales.

Francisco Franco.

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