domingo, 18 de marzo de 2012

Patria, Pan y Justicia.

Debemos exterminar, con un genuíno movimiento revolucionario, con todas las formas de usura, incluyendo la moderna, que consiste en pagar al campesino un mínimo bastante para que no muera y continúe trabajando, pero insuficiente para que alimente a los hijos que da a la Patria... Tenemos que ayudar, finalmente, a quien trabaja y deshacer -violentamente si es necesario- a la burguesía escondida en sus numerosos fondos económicos. Pedimos una revolución social para que todos los hombres aptos encuentren trabajo dignamente remunerado, para que no se vean privados de la posibilidad de ascender, por sus medios, a una condición mejor y para que el campo -que es España- quiebre las corrientes de la hegemonía burguesa. Pero si la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que defenderla. Ese movimiento sano y juvenil, libre tanto de las corrupciones traidoras que viene de la democracia semita superburguesa, como de las máximas internacionales marxistas que descaracterizan la genuina revolución hispánica para hacernos siervos de Moscú. Revolución Social, enérgica y urgente, a cargo de la juventud española".

Onésimo Redondo.

("La revolución social", número 2 del semanario Libertad, 20 de junio de 1931)

No hay comentarios:

Publicar un comentario