Los impuestos.

Anda berreando el heredero del zapaterismo que va a subir los impuestos a los ricos y a la banca, vamos a tener al nuevo Robin Hood, antes conocido como Alfredo Pérez-Rubalcaba, que cuando te das la vuelta te la clava, que se lo digan a los policias, comisarios, a la Chacón o a Zapatitos.

Si se aumentan y se grava con más impuestos a la banca, la banca lo que hará es aumentar las comisiones aún más al trabajador, al pensionista, al pueblo. Para el personaje este, que serán los ricos, a caso meterá en el mismo saco a Felipe Gonzalez, al que alza el puño en Rodiezmo con un reloj de 14.000 euros llamado Alfonso Guerra o será José Bono el mismo que tiene múltiples propiedades y un patrimonio  que no encaja con su salario, según algunos periódicos.

Para estos memos, los ricos somos los trabajadores que pagamos religiosamente nuestros impuestos y mantenemos el cortijo y los pobrecitos y necesitados para ellos son los calés de cadena de oro y BMW, los que acaparan las ayudas sociales, subsaharianos que apalean, queman coches y agreden a policias, sarracenos y amerindios varios que campan por las Españas disfrutando de un Estado del Bienestar que mantienen 4 para que chupen 100.

De lo que no hablan tanto Alfredo como Mariano es de eliminar a cero, el dinero público que chupa del contribuyente los sindicatos, liberados sindicales, partidos políticos y patronal, que llevan sajando durante décadas miles de millones. Tampoco mencionan la eliminación de la putrefactas, deficitarias taifas autonómicas.  O de eliminar ayudas a parásitos sociales que abundan en la vieja Hispania.

No hablan tampoco de reducir el IRPF a los trabajadores que en los últimos años se ha visto incrementado alrededor de 4-5 punto de media, o no aumentar cada dos por tres la factura de la luz.

Mal vienen dadas hasta que realmente haya alguien que purifique de arriba abajo el Estado y España, otra cosa es que interese.