Vierais allí tanta lanza hundir y alzar traspasar y romper tantas adargas quebrantar y desmallar tantas lorigas salir tintos en sangre tantos pendones blancos, y a tantos caballos espléndidos trotar sin sus dueños. Los moros gritan ¡Maoma!, y los cristianos ¡Santiago! En muy poco tiempo cayeron muertos al menos mil trescientos.
Poema Mío Cid.
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