Un intento de asalto se registró en un supermercado italiano, cuando un ladrón fue ignorado y debió dejar el comercio sin llevarse nada.
El sujeto entró en el local armado y encapuchado y, tras intentar retener a parte de la clientela, comenzó a intimidar sin éxito al cajero, que estaba hablando por teléfono.
Inmutable, el vendedor no sólo no interrumpió la conversación telefónica, sino que además se atrevió a tirarle la bolsa en la que el ladrón pretendía llevarse lo robado.
Sin poder lograr que nadie en el comercio le hiciera caso, el delincuente optó por darse media vuelta y retirarse del local, con la bolsa vacía.
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