Las mentiras de las izquierdas. La proclamación de la II República.

Hoy 14 de abril, se conmemora el 79 aniversario de la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931.

Primeramente hay que recordar, que ser republicano no es ninguna ideología, simplemente es un modelo de Estado, como pudiera ser la monarquía,la república, el federalismo, etc.

La propaganda izquierdista-republicana ha presentado durante décadas las elecciones republicanas de abril de 1931 como un plebiscito popular en pro de la República. La verdad es que no existe ninguna razón para interpretarlas de esa manera. Ni su convocatoria tenía caracter de referendum ni se trataba de unas elecciones a Cortes Constituyentes.

La primera fase de las elecciones municipales celebrada el 5 de abril se cerró con los resultados esperados. Con 14.018 concejales monárquicos y 1.832 republicanos, tan solo pasaron a un control republicano un pueblo de Granada y otro de Valencia.

El 12 de abril de 1931, se celebró la segunda fase de las elecciones. Los republicanos consiguieron 5.775 concejales y los monárquicos 22.150 concejales,es decir, los monárquicos cuadruplicaron los resultados electorales de las fuerzas republicanas.

A pesar de todo los políticos manárquicos, los miembros del gobierno (salvo dos), los consejeros de palacio y los dos mandos militares decisivos, Berenguer y Sanjurjo, consideraron que el resultado debía interpretarse como un plebiscito y que además implicaba un extraordinario apoyo para la república y un desatre para la monarquía.

El hecho que la victoria republicana hubiera sido en las grandes ciudades, como en Madrid, donde el concejal del PSOE, Andrés Saborit, hizo votar por su partido a millares de difuntos, pudo contribuir a esa sensación de derrota, pero no influyó en el resultado final que los republicanos podían dominar la calle.
En las capitales de provincia ganaron los republicanos, pero no en el conjunto del país, donde vencieron ampliamente los monárquicos.

Miguel Maura y el Conde Romanones, seguros de la descomposición monárquica e influenciados por su pertencia a la masonería, empujaron a los republicanos a tomar el poder. Todos los ministros de Alfonso XIII y el propio Rey, carecían de cualquier voluntad de lucha y cedieron todos los medios policiales, militares a las fuerzas republicanas.

La noche del 14 de abril de 1931, el Gobierno Provisional Revolucionario, presidido por Niceto Alcalá-Zamora, ocupó los ministerios, mientras Alfonso XIII abandonaba el Palacio de Oriente con rumbo a Cartagena y allí embarcaba a Francia.
De esa manera el sistema constitucional desapareció de forma más que dudosamente legítima y se proclamó la Segunda República.

La república nació bajo el impulso y dirección de monárquicos, católicos y principalmente conservadores.