De todos es sabido el sectarismo y revanchismo de progres e izquierdistas en general. Casi ni nos alarmamos cuando la banda gobernante de este decadente Reino de Taifas, cierra el Valle de los Caídos, desmonta la escultura de La Piedad y lo quiera conventir, en una especie de parque de atracciones para exaltación de un bando de la guerra civil, el republicano.
Poco alarmismo surge cuando pretenden convertir el Monasterio de Yuste, donde se retiró el Emperador Carlos V, echando a los monjes de allí para hacer un hotel de lujo.
Ahora vemos cuando que no sólo es sectarismo, revanchismo, manipulación de la historia, etc, sino falta de cultura, que pude ser hasta más grave y de ahí se explica todo lo anterior.
Es frecuente escuchar por esas bocas poco higiénicas de pijoprogres de canuto con palestino al cuello, periodistas con pocas luces, enemigos del jabón, perros-flautas e indigentes intelectuales de efigie hueca con la camiseta del Che Guevara, que el Águila de San Juan es franquista y el yugo y las flechas de Falange, ahí es nada y se quedan tan a gusto.
Pero que venga un Ayuntamiento y retire algo porque cree y encima tenga que recurrir al Ministerio de Cultura, previo informe, por supuesto pagado por los ciudadanos, es lamentable y triste ver la decadencia de la casta política y su alto nivel de gilipollismo.
El Ayuntamiento de Cáceres retiró por "franquista" un escudo de los Reyes Católicos.
El pasado 25 de marzo el Ayuntamiento de Cáceres, regido por la socialista Carmen Heras, sustituyó con gran aparato publicitario el escudo de un monolito que homenajea a los conquistadores. La razón: que se trataba de un símbolo "franquista"; en realidad no era sino el escudo de los Reyes Católicos.
La polémica está creciendo por momentos en Cáceres después de que el Ayuntamiento de la ciudad, en presunto cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, sustituyese el escudo del llamado Monolito de Colón por ser "anticonstitucional" y "franquista".
Hasta ahí todo normal, dentro de las habituales cosas no demasiado necesarias en las que los ayuntamientos españoles gastan el dinero de los contribuyentes, el problema es que, como señalaba acertamente un artículo en El Periódico de Extremadura, dicho escudo no era ninguna de las dos cosas.
En primer lugar no era anticonstitucional porque la Constitución vigente no indica ningún modelo concreto de escudo; y no es franquista porque se trata del escudo de los Reyes Católicos, que además tenía, según los especialistas en heráldica, un importante valor artístico.
La confusión nace de que el escudo que estuvo en vigor durante el régimen franquista y hasta 1981, año en el que fue sustituido por el actual, estaba voluntariamente inspirado en el de los Reyes Católicos, por eso incluía símbolos personales de estos monarcas como el yugo y las flechas y el águila de San Juan.
Sin embargo, hay notables diferencias que no escapan a un análisis visual de cinco minutos: tal y como se señala en un artículo en el periódico Hoy, en los cuarteles en los que se divide la pieza central del escudo franquista se sustituía el cuartel de Dos Sicilias por el de Navarra, fácil de reconocer por representar unas cadenas. Además, se incorporaba la divisa "Una, grande y libre"; y, en tercer lugar, se incluyeron también las dos columnas de Hércules con la cinta con el lema "Plus ultra".
Aunque inicialmente el ayuntamiento cacereño se negó a reconocer su metida de pata y a reponer el escudo original, ya no le ha quedado más remedio que recular y la alcaldesa,Carmen Heras ha anunciado que lo repondrá "si se demuestra finalmente que no es un símbolo franquista", sino que es el de los Reyes Católicos.
Carmen Heras precisó que el gobierno local se dirigirá al Ministerio de Cultura para recabar un informe acerca del citado escudo. Por tanto, apuntó la alcaldesa, si el ministerio identifica al escudo como una reproducción del distintivo de los Reyes Católicos "naturalmente se repondrá en su sitio". Carmen Heras apostilló que "no hubo mala voluntad" por parte de la Concejalía de Infraestructuras y Desarrollo Local cuando se retiró el emblema, lo cual atribuyó a un "exceso de celo".
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