Pobreza controlada.

El pasado 9 de febrero, el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba en el Senado (esa cámara que no sirve para nada, salvo para gastar dinero del contribuyente) que iba a prolongar en 6 meses más los 420€, para los parados de larga duración.
¿Porqué en vez de subvencionar el paro no se fomenta el empleo?

España se ha convertido en el primer productor mundial de paro, para envidia de Zimbawe. Y, mientras Zapatero mantiene bien provisto el comedero del populacho y completa el diseño de su plan para ganar las próximas elecciones, y las próximas, y así hasta que San Juan baje el dedo.

Es un plan tan evidente que, pasa inadvertido a quienes se empeñan en buscarlo en escondrijos recónditos.
Zapatero sabe que el paro no hará sino crecer en los próximos años; sabe que, en apenas unos meses, la cifra de desempleados, abastecida con las nuevas incorporaciones que deparará el naufragio y costoso del Plan E, alcanzará los cinco millones de parados, que no harán sino incrementarse en los meses siguientes. Zapatero sabe que cifras tan abultadas pueden desencadenar una revuelta social; pero también sabe que, si se gestionan con astucia, constituyen una provisión de votos formidable que le asegurará la permanencia en la poltrona.

¿Y cómo se consigue que los parados voten en masa al hombre que los ha dejado sin trabajo?

El método es muy simple. La ambición predilecta de Zapatero son los votos que le garantizan la permanencia en la poltrona, y para ello se dispone a satisfacer las necesidades básicas de su rebaño, que son los millones de parados que previamente ha fabricado.
Se dispone a mantenerlos en un estado de «pobreza controlada», subsidiados con la limosnilla que conseguirá recaudar a costa de empobrecer a las clases medias, los ricos para los progres, empobrecimiento que a su vez, irá generando nuevas remesas de parados… y nuevas remesas de votos.
Porque Zapatero se va a preocupar de que a ningún parado le falte la limosnilla. Así, los parados se acostumbrarán a sobrevivir con la limosnilla; incluso encontrarán apetitosa la limosnilla que les garantiza la supervivencia y olvidarán que un día tuvieron trabajo.
O dicho con mayor exactitud: atribuirán la pérdida de su trabajo a la fatalidad de la crisis global, que según la propaganda se ha encargado de repetir machaconamente fue desatada por la avaricia de los tiburones capitalistas, y se abrazarán a la limosnilla que les reparte Zapatero, encumbrado para entonces a la categoría de alma mater de la Patria.
Si en algún momento les resultase incómodo al populacho ese estado de «pobreza controlada» en el que sobreviven, Zapatero se encargará de pacificarlos mediante la inyección de una dosis de propaganda y resentimiento, recordándoles que él se ha preocupado de garantizar su subsistencia arrebatando el dinero a los ricos, que es como la propaganda llama a las clases medias. Así es como Zapatero se asegurará la permanencia en la poltrona, mientras España se convierte en el primer productor mundial de paro, para envidia de Zimbawe.

Este régimen y control, es el que está implantando Chávez en Venezuela. Manuel Chaves lo vino perfilando desde hace tiempo en Andalucía, dando a millones de andaluces el subsidio del PER, lo mismo ocurre en Castlla-La Mancha y Extremadura. Estas tres taifas, vienen siendo las más empobrecidas y menos desarrolladas respecto al resto de España y las que más ayudas perciben por parte del Estado. Y viendo que el experimento ha funcionado medio bien durante 2 décadas y media, se pretende instaurar en toda España. Y cuidado, porque no andan tan desencaminados.
De momento, el PSOE tiene en sus manos el gobierno central, y de las 17 taifas, las únicas de las importantes que se les resisten claramente son Valencia y Madrid, además de Galicia. Sin embargo ahora gobiernan en Vascongadas. Si se hacen con Valencia y Madrid, Castilla-León, la Rioja y Murcia caerían como frutas maduras.
Porque, aunque esto esté como un solar existen en España, alrededor de 8 millones de votantes incondicionales del PSOE, que les votarían ocurra lo que ocurra.

Cuidado, que la cosa es muy seria...